jueves, 31 de octubre de 2013

La demagogia del dante cinético

La piedra ha sido arrojada contra la cortina de humo. La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) – alias, “la gran patronal”- ha lanzado el órdago: la causa de la denominada “crisis” radica en que nos jubilamos demasiado pronto.

La propuesta que encabeza las soluciones desesperantes aboga por la jubilación a los 70. Si, señoras, señores, lo han escuchado bien: jubilación a los 70. Ahí queda eso, afirmado con naturalidad, como quien habla de la borrasca que se avecina por el norte de Estocolmo. Así, sin más. Es condición sine qua non, o el colmo de la demagogia.

Cuando todavía estamos asumiendo -con aplomante recelo- el último mazazo en la mesa, que nos catapultó a todos a la jubilación a los 67 - eso sí, después de haber trabajado 40 años-, recibimos esta propuesta, con la dignidad que nos resta, o tuvimos, o tendremos, o creeremos haber tenido. Por decir queda que ha sido una propuesta bien acogida por el ministerio competente –válgase la ironía literal-, que la estudiará con minuciosidad, si todavía no la ha desarrollado legislativamente a golpe de decretazo.

Y yo me pregunto: ¿qué nos está pasando a la gente que presumimos de “cabal”? –si es que, hoy en día, todavía tiene acogida, en el diccionario social, ese adjetivo-. No entendemos nada, estamos completamente “desnortados”. Con un desempleo que supera el 25 % de la población, que se ensaña con más del 50 % de los jóvenes en la cola del no subsidio, es verdad: ¿por qué no nos jubilamos más tarde todavía?

Tras la reforma de la figura del contrato de relevo – asesinado con alevosía-, nos llega esta solución desesperante. ¿Por qué? Nada más lejos de la realidad mediática y políticamente correcta.


Yo solo soy una ciudadana de a pié, una más de los “cabales” –creo-. Pero las cartas están bocarriba: ¿quién va a trabajar hasta los 70? Nadie. La mayoría renunciaremos a la jubilación plena. Todos preferiremos sacrificar una parte de nuestra paga al mes, antes de morir trabajando. La banca gana. El saneamiento de la Seguridad Social se avecina. “Todo por la patria”- dijo la PePetra. Y Dante ganó la partida.  

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